A menudo se confunde o se desconoce que existen diferentes tipos de thinner; los hay desde los genéricos hasta lo diseñados especialmente para cada tipo de pintura.
Y sí, utilizar el que puedes comprar en cualquier lugar (el genérico) puede ser lo peor que hagas, sobre todo si lo usas como diluyente o reductor al momento de aplicar pintura automotriz.
¿Por qué? Bueno, hay una serie de razones por las que nunca deberías hacerlo, y hoy te describimos algunas:
1. Porque no es lo mismo un thinner genérico que un acrílico
El thinner estándar es el que puedes comprar en cualquier lugar a bajo costo y, por obvias razones, el acrílico te costará más. Sin embargo, esa no es la principal diferencia entre estos dos.
El thinner estándar está diseñado para utilizarse como desengrasante y normalmente se usa al momento de diluir esmaltes o lacas. Está bien cuando lo aplicas diferentes algunas superficies y con pintura que no sea automotriz.
Por otro lado, los acrílicos generalmente se venden junto al primario universal y su principal característica es que están elaborados bajo una fórmula balanceada de solventes de evaporación controlada, con buenas propiedades de nivelación y fuerza de dilución.
2. Porque agua y aceite no hacen una buena combinación
Cuando aplicas pintura automotriz debes tomar en cuenta que el aceite es un componente que sobresale de la mezcla, y si a ésta le agregas thinner (que en su mayoría está compuesto por agua) entonces se removerá con el aceite, es decir, con la pintura. Lo que da como resultado que baje en demasía la calidad y se tenga que –en ocasiones– volver a pintar desde cero.
3. Puede alterar la pintura más de lo que piensas
Utilizar thinner genérico en la mezcla, no sólo afectará la resina de la pintura (la encargada de definir su calidad y durabilidad), sino que el acabado puede:
- Perder color con el tiempo.
- Verse tierroso al paso de una semanas.
- Puede aparecer “ampollamiento”, es decir, que algunas áreas apoyadas en el acabado final parezcan verrugas.
- La capa se hace lechosa inmediatamente o al poco tiempo de la aplicación.
- Se puede craquear, es decir, aparecen rajaduras y/o líneas de varios tamaños en el acabado final que pueden asemejarse a lodo seco.
- Puede perder brillo.
- Se puede ver beteado, con apariencia de rayado o manchado.
- La pintura de puede chorrear, creando gotas o marcas en el acabado.
- Se pueden ver rayones en el acabado.
- Puede haber un mal acomodo de colores metálicos.
- Aparecen problemas de adherencia.
- Se acelera el proceso de secado, lo que da como resultado que los materiales pierdan su calidad.
Nuestra recomendación es…
Fijarte en la ficha técnica y seguir la regla de oro: si vas a utilizar un primario universal más vale preguntar con qué tipo de reductor/thinner/diluyente combina perfecto.
Recordar –también– que no siempre lo económico puede ahorrarte costos, a veces por utilizar lo más inmediato o aquello que todo mundo ha usado por costumbre y es más barato, te trae más problemas como:
- Aumentar los costos del trabajo.
- Entregar un mal trabajo y/o perder a tus clientes.
En DIPIQSA podemos ayudarte y asesorarte para que conozcas qué tipo de thinner necesitas para tu próximo trabajo. Así, entregarás un acabado de calidad, ajustado a tus necesidades, resistente y duradero.